Eres la palabra hablada o escrita,
que borro tormentos de tiempo pasado;
de un alma que estaba ya casi marchita,
liberando un cuerpo, a una jaula, atado.
Eres la figura de la mujer soñada,
que en mis fantasías, solía yo amar.
Aunque seas primavera, aunque seas pecado
esta nueva vida, no la he de cambiar.
Eres como espuma que llega a la arena,
con dulce caricia, penetrando en ella;
así tu llegaste, a borrar mi pena,
dejando en mi cuerpo, tatuada tu huella.
Eres en mi mente cual bella poesía,
esa, que la escuchas, y te hace soñar;
salvaste mi vida con sabiduría,
tirando al olvido, todo mi penar.
Eres como el viento, fresco, transparente;
eres como el beso que da el cielo al mar;
como ese mar tuya, loca, iridiscente;
y eres ese beso que me haces desear.
Eres la primavera, eres mi pecado,
eres prohibida, eres el infierno;
y aunque de mi vida me seas vedada,
¡estaremos juntos hasta ser invierno!